jueves, 18 de noviembre de 2010

Pehuenches



Un grupo de aborígenes denominados "montañeses" bajó desde la Cordillera de los Andes y sentó en el sur de Mendoza, sudoeste de San Luis, noroeste de La Pampa y la mitad occidental de Neuquén.
El nombre con que se los conoció "Pehuenche", es de origen araucano, que significa pehuen: pino, piñón, che: gente, "gente de los piñones" o "gente de los pinares". 
En la Región de Cuyo, en las laderas de los Andes, vivieron los "Puelches algarroberos".

Los pehuenches eran  altos, delgados, muy ágiles y ligeros en el andar, de tez oscura.                                  
Sus hábitos de vida eran semejantes a los aborígenes patagónicos, particularmente su   economía. 
Eran recolectores de piñones de araucaria y pinos, frutos comestibles   de sabor dulce, con los cuales  elaboraban pan y una bebida fermentada semejante a la chicha. También recogían los frutos de otros árboles como molles y algarrobos. Esta actividad la realizaban una vez por año, y lo que no se consumía era almacenado en silos construidos debajo de la tierra para ser utilizados en épocas de sequía o de rigurosas heladas.Cazaban venados, ñandúes, guanacos. Estas cacerías que les demandaban caminar muchos kilómetros en terrenos no precisamente llanos, las realizaban mediante arco y flecha, boleadoras de dos bolas. Cuando se produjo su araucanización, adoptaron la lanza larga.
El cuero que obtenían de los venados y guanacos, tenía múltiples usos. Desde las construcción y  la fabricación de paredes y techos de toldos, hasta prendas de vestir y recipientes para contener líquidos. Con las plumas de ñandú y otras aves, hacían hermosos adornos que acompañaban sus vestimentas.
Estaban asentados cerca de cuencas lacustre, por lo tanto sabían construir canoas de juncos; y de los Huarpes, sus vecinos mendocinos, aprendieron la técnica de la cestería.
Practicaron el comercio con sus vecinos Mapuches, y como ellos mantuvieron una durísima lucha contra los españoles. 
Intercambiaban caballos por vestidos, esta práctica, conocida como trueque los relacionaba con sus vecinos aborígenes y los españoles.


 

Los Ona



Los SELK'NAM (llamados ONA por los Yámana) llegaron a la Isla Grande de Tierra del Fuego (KARUKINKA: "la última tierra de la gente") desde el Norte, no se sabe exactamente cuando, aunque en el Norte de la isla hay restos culturales de hasta 10.400 años de antigüedad.La organización social comprendía grupos de familias emparentadas que habitaban territorios propios (HARUWEN), a través de los cuales se desplazaban en busca de alimento.
Los grupos solían reunirse cuando la caza abundaba en los meses cálidos y dispersarse en el invierno. Eran motivo de reunión también la presencia de alguna ballena varada o la realización de ceremonias, que los congregaba en gran número.
No reconocían un jefe permanente, pero mantenían jerarquías bien establecidas: Los chamanes (XO'ON) médicos-hechiceros; Los sabios (LAILUKA) depositarios de la tradición mitológica; Los guerreros (K'MAL).
El arma fundamental era el arco de madera de ñire y la flecha con punta de piedra. Utilizaban distintos tipos de roca para construir puntas de lanza, flecha, cuchillos y raspadores. También confeccionaban algunos arpones con hueso o madera. Las viviendas eran las propias de los pueblos nómadas: un para viento o carpa transportable, de uso corriente y la choza de forma cónica, construida con troncos y ramas, para protegerse en invierno.La vestimenta la realizaban con pieles de guanaco, zorros y cururos. Consistía en un manto o capa con el pelo hacia afuera, usaban taparrabo y se calzaban con mocasines de cuero (JANNI).En la religión SELK’NAM existía un ser llamado “temankel” y un servidor o ministro “kenos” creador de las cosas del mundo. A estos les siguen los espíritus relacionados con el “hain” y los muertos.El “hain” era la principal ceremonia de los SELK’NAM, más que un rito de iniciación para los adolescentes varones, se trataba de una prolongada experiencia educativa, basada sobre la creencia de que antiguamente las mujeres tenían completo predominio en la sociedad humana, pasando luego este predominio a los hombres. La ceremonia del “hain”mantiene y justifica la hegemonía masculina.Para esta ceremonia se construía una Choza, que albergaba a los novicios o kloketen y convocaba a los Espíritus.Atemorizado por la presencia de Shoort (Espíritu) el joven era instruido en el origen del mundo, los misterios de la naturaleza y adiestrado intensamente para la caza y la supervivencia.Los Espíritus eran "actores" disfrazados para ocultar su identidad, pero de algún modo se sentían poseídos por los espíritus que ellos creían sobrenaturales, esto se aprecia en el trato dado a las máscaras, como objeto de poder y a la pintura y adornos corporales.



 

Tehuelches


Los aonikenk (tehuelches meridionales), se encontraban en Santa Cruz y principalmente en las costas; los günün a küna se extendieron desde el centro de Chubut hasta Tandil, y los chehuache kenk habitaron cerca de la cordillera.

Los tehuelches fueron originariamente cazadores, añadiendo la pesca y la recolección de raíces, semillas-con las que hacían harinas- y mariscos. Básicamente fueron cazadores seminómadas, especializados en la caza del guanaco y del avestruz. Tras la araucanización (Proceso de influencia araucana en la patagonia), se intensificó el uso de la baleadora, que con el caballo resultó más efectiva para la caza.
Preparaban bebidas con jugos de plantas no fermentados.
Su vestimenta fue básicamente de piel, y utilizaban adornos, pinturas y plumas.
La vestimenta era el manto de pieles pintado usado con el pelo hacia el interior. Utilizaban unas binchas en la cabeza, llamadas \"cochel\" de lana o algodón; diademas de plumas; y pintura blanca en el pelo largo, dispuesto a llevar con él las flechas.
La vivienda Tehuelche, estaba constituida por el paravientos de cuero y el toldo, que tenían una división entre áreas de mujeres y de varones. El toldo es una adopción posterior de los pueblos pampeanos, pueblos más antiguos patagones utilizaban sólo paravientos.
La influencia araucana modificó al toldo en cuanto al tamaño, ampliándolo. Se sostenía con palos decrecientes hacia atrás y se cerraba con una cortina de cuero por delante.
La sociedad tehuelche estaba organizada por clanes y familias, polígamas en la medida de las posibilidades económicas, pues el matrimonio se efectuaba por compra. Se formaron cacicatos con territorios delimitados. Los jóvenes, alrededor de los veinte años se incorporaban a los guerreros.
Los viejos, hombres y mujeres, se dedicaban a la medicina y hechicería, curando a los enfermos con procedimientos de magia.
Los muertos eran enterrados en posición extendida en la cima de las colinas, cubriéndolos con piedras; estas tumbas se llamaban \"chenques\". Una vez muerta una persona, se prohibía pronunciar el nombre del muerto.
En su religión, aparece un ser supremo y un ser maligno (Setebos ó Kóoch y Elel ó El lal), junto con una multitud de dioses, comprendiendo el Sol, la Luna, Las Nubes, etc.; en torno a los cuales había una rica mitología. Se celebraba con fiestas la pubertad de las muchachas, y los patagones del sur tenían sociedades secretas. Existieron los hechiceros como intermediarios divinos y como curanderos.









  

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Querandíes

 Querandíes Se hallan dentro del grupo de los antiguos Pampas, junto a los Taluhet y los Diuihet. El nombre de Querandíes era un apelativo que los Guaraníes les daban a este grupo que en su dieta diaria consumían grasa de animal, significando \"hombres o gente con grasa\". 
Altos, de tez morena y bien fornidos. Vestían un abrigo de cuero, similar al quillango ; las mujeres también usaban una falda que cubría su cuerpo hasta las rodillas. 
Era un pueblo nómade, por lo tanto practicaban la recolección de raíces y frutos. 
Tenían una extraña costumbre: cuando las langostas arreciaban los campos pampeanos, los aborígenes prendían fuego a los pastizales, de esta manera el voraz insecto era cocinado por el fuego, entonces, los recolectaban, luego los molían y finalmente realizaban una pasta que comían gustosos. 
Eran buenos corredores - cazadores, con arco, flecha y boleadora cazaban perdices, venados, codornices y ñandúes. 
Sus viviendas eran sólo unos paravientos de cuero, muy sencillo, ya que su condición de nómade los llevaba a deambular con su hogar a cuestas. 
Creían en un gran dios al que llamaban Soychu, quien tenía un contendiente, espíritu del mal conocido como Gualichu, nombre que ha llegado hasta nuestros días. 
Con la llegada de los españoles, adoptaron el caballo, esto trajo como consecuencia un nuevo modo de vida. Si bien siguieron siendo nómades, pudieron ponerse en contacto con otros aborígenes, usaban su cuero para hacer botas, correaje y toldos. También los usaron como monedas de cambio, mediante el trueque obtenían vestimentas, bebidas alcohólicas, cuchillos. 
Si bien su principal alimento era la carne vacuna, comían pescado, especialmente su   grasa. Secaban el pescado, lo molían y obtenían así una buena harina. 



Charrúas


Hablar de los charrúas significa reconocer una familia lingüística, propia de las entidades étnicas que la componen.
Las fuentes testimoniales históricas permiten incluir tres tribus como componentes de ella.
Los Charrúas, guenoas o minuanes y bohanes.
Originariamente, el hábitat de la familia charrúa abarcaba aproximadamente lo que hoy constituye la república Oriental del Uruguay. Aunque ya en la segunda mitad del siglo XVII se los encuentra ocupando gran parte del territorio de la provincia de Entre Ríos.
Las primeras menciones que de los charrúas se hacen corresponden al siglo XVI.
Los minuanes a guenoas son situados.
Zonas mediterráneas, y que se trasladaron a las tierras que ocupaban los anteriores cuando estos dejaron su territorio para pasar a la Mesopotámica.
A los bohanes se los menciona morando al este del río Uruguay. Sin embargo, otros mapas jesuíticos los ubican en Entre Ríos, por lo que es posible que algunas de sus parcialidades hayan cruzado a estas costas.
Esta etnia fue incluida dentro de los grupos que integran el tipo racial pámpido. Se basa este concepto en las constancias históricas que describen su aspecto externo y porque su cultura se pareció a la de los pueblos del sur.
De acuerdo a la descripción hecha por los europeos.
En el siglo XIX la mayoría de los sobrevivientes estaban mestizados eran de anchas espaldas, cabeza grande, labios gruesos, nariz estrecha en la base y escasa pilosidad.
De está etnia se ha comprobado su existencia ya desde el siglo XVI. Ello ha incidido, naturalmente, en sus pautas culturales.
Podemos distinguir dos periodos cuya principal diferencia se centra en la introducción del caballo y el uso que hicieron de el.
En el primer período se dedicaban a la caza de venados y avestruces, corriéndolos a pies. Utilizaban boleadoras de dos a tres ramales para voltearlo y luego lo remataban con lanzas cortas o con bolas sujetas al puño.
Practicaban la recolección especialmente de huevos de avestruz y cogollos de ceibo. Eran de gran importancia por su valor nutritivo. Miel y frutos silvestres completaban su dieta.
Construían canoas de hasta 22 metros de largo, que utilizaban para la pesca. Fue practicada durante los primeros tiempos, luego menos importante debido a la existencia de ganado cimarrón.
Su armamento estaba constituido, por arcos y flechas de punta de piedra, jabalinas o lanzas corta de puntas de piedra o madera endurecida al fuego; y la honda.
Eran confeccionados por las mujeres. Consistían en piezas de forma probablemente subglobulares u oculares. La cerámica la Adquirían del Uruguay medio.
Usaban una especie de delantal o taparrabos, de piel o de algodón. Producto este obtenido, seguramente, por comercio con los guaraníes.
En estaciones frías, usaban el típico manto de piel patagón llamado quiyapí o quitando.
Los adornos corporales y faciales formaron parte de sus alimentos mágicos.
Cuando llegaban a la pubertad se les trazaban tres rayas azules en el rostro, a través de la nariz, cruzada de una a otra mejilla.
Desde el siglo XVI se ponían un tarugo en la nariz.
A los pocos días de nacido un niño, en el labio inferior se le colocaba el barbote, que debía llevar siempre.
Por el hecho de practicar el nomadismo, la vivienda no era de carácter estable.
En sus primeras etapas era sólo un paravientos, construido con cuatro estacas formando un cuadrado abierto y sin techo. Las paredes eran esteras de junco que colgaban de travesaños.
Armaron chozas hechas con ramas arqueadas y cubierta con cueros de caballo.
Sus campamentos estaban generalmente asentados a la vera de los arroyos y los componía unas chozas, habitada por otras tanta familias.
Cada toldaría tenia su propio cacique. En épocas de guerra se forma un consejo que el que decidía las acciones a seguir. Resuelto el ataque o la defensa cada cacique arengaba su hueste, mientras que las mujeres se mantenían atrás y cantaban.
Practicaban el chamanismo.
Las costumbres funerarias eran bastante salvajes. Los deudos del fallecido sobre todo los varones, se clavan astilla de caña o madera en los brazos, ayunaban y se mantenían aislados de los demás.
Otra característica es que cuando se les moría padre, madre o algún pariente, en señal de tristeza o luto se cortaban una coyuntura de un dedo y cuantos se les morían tantos se cortaban, hasta a quedar mochos en mano y pies, y los que más dedos tenían cortados eran tenidos y respetados por más honrado.
Los muertos eran enterrados en hoyos en cementerios situados en pequeños cerros.
La muerte de algún pariente lejos de estos lugares, una vez encarnados los huesos lo llevaba a su tierra.
Su lengua era dura y gutural; lengua particular; distinta del guaraní.
La llegada de los españoles significó un fuerte impacto para este grupo, modificando sus hábitos y sus acervo ergo lógico y espiritual.
Se incorporaron a la órbita cultural europea, pero la mayoría la rechazaron completamente resistiéndola con todas sus fuerzas. En esa resistencia llegaron a dominar y/o incorporaron a otras etnias y tribus de distinto origen, como en el caso de los yaros.
El caballo aumentó su movilidad y dispersión, cambiando sus costumbres guerreras.
Aparece como consecuencia la lanza larga, y el ganado cimarrón pasa objeto de sus caserías.
Las tribus desaparecen a mediados del Siglo XVIII, fuertemente diezmadas tras la campaña punitiva llevada a cabo por José de Andonaegui.
El 11 de abril de 1831, en las puntas del Queguay, el Presidente, Rivera determinó los primeros de los episodios que llevó al exterminio de los charrúas.


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Guaraníes


Los Guaraníes o Tupí-Guaraní formaban una gran nación con los Tupinambá, Omaguá, Tapirapé, chiriguano y otros.
La palabra GUARANÍ significa guerrero, porque constantemente se hacían la guerra para tomar prisioneros.
El físico de los guaraníes era armonioso y robusto. De estatura mediana, rostros ovalados, cabeza grande pelo oscuro y abundante.
Se distinguían tres grupos con características dialectales;
1.- El amazónico que habla de ñe engatú (lengua hermosa o pulida). 2.- El Tupí o Tupinambá (guaraní de la costa atlántica).
3.- El grupo caracterizado por hablar el avañe-é (lengua del hombre), que comprende los dialectos del Paraguay, Bolivia, Argentina y sur de Brasil, emparentados entre sí.
Vivían en aldeas , en tribus que ocupaban en los claros de la selva , las familias vivían en casas comunales que tenían su jefe , este tenía su aposento en el centro de la cabaña , que era larga hasta 60 metros , de una sola pieza donde cabían de 60 hasta 120 personas , los jefes de las casa comunales formaban el consejo de jefes , en el que eran tratados y resueltos los principales problemas de la comunidad , la aldea estaba dirigida por un jefe político llamado Mburubichá , y un jefe religioso llamado Shamán , la familia y el matrimonio constituían el núcleo básico de la sociedad .
Cada grupo poseía exclusividad sobre una extensa área territorial y cada familia poseía un lote de tierra en las plantaciones, y cada esposa su huerta particular, el hombre hacía el desmonte, y la mujer plantaba, cosechaba y preparaba los alimentos; plantaban maíz, calabaza, poroto, tabaco y mandioca .Otro elemento de la alimentación lo constituía la carne, producto de la caza y de la pesca. La propiedad era comunal (tupambaé), sólo los objetos de uso personal eran de propiedad privada (abambaí).
Los elementos empleados en las labores agrícolas eran los siguientes: para moler el maíz usaban los morteros de madera cavados en troncos de árboles; para el cultivo el palo de plantar o de sembrar, con punta aguzada; también usaban hachas y rudimentarias piedras de moler. Para hacer el fuego empleaban el taladro o aparato de producir fuego por sistema de frotación. Las armas principales eran: la maza, la macana, el arco y la flecha. Algunos grupos empleaban lanza.
Las artesanías eran hechas exclusivamente por las mujeres , fabricaban : platos , ollas , vasos , pipas , escudillas , etc. ; las vasijas , denominadas \"yapepó\" eran de gran tamaño o mediana y se empleaban para fermentación , como almacenamiento y como urnas funerarias . Utilizaban arcilla negra, las colocaban boca abajo sobre piedras candente para su secado.
La cestería era hecha por los hombres, confeccionaban canastos y cestos de diferentes formas y para diversos usos; también sombreros y abanicos. Los elementos empleados eran las tacuaras denominadas \" tacuapí \" y \" tacuarembó \" e \"isipó”.
Los guaraníes conocían un rústico telar, con el cual fabricaban el tipoy, que le servía de vestido. Su ornamentación corporal era rica en pinturas, collares, brazaletes, rodilleras (plumas).
 Como eran hábiles navegantes, construyeron canoas que alcanzaban 10 metros de longitud eran hechas de un árbol ahuecado; se manejaban con remos.
Como los dioses son los primeros músicos, los instrumentos musicales son de expresión divina. Usaban el compley o flauta, sonaja o maraca, tambor de madera cascabeles y silbatos.
Los guaraníes creen en la vida después de la muerte, por ello proveen al muerto de lo que necesitaría en la otra vida. Según sus creencias la muerte los conduce a una vida mejor, pero antes de entrar en ella los muertos deben recorrer el inframundo. Son múltiples los peligros que acechan al que viaja a la \" tierra sin mal \”, exceptuados los niños.
Se observaron diversas maneras de enterramientos. Originariamente desconocían el entierro en urnas y colocaban a sus muertos en posición horizontal. Posteriormente habían adoptado el enterramiento en un pozo, en la misma casa del muerto, las urnas de barro y el túmulo.
 Para los guaraníes el espíritu de los antepasados y de los héroes míticos están siempre vivos en el seno de la comunidad , no solo simbólicamente , sino realmente habitan en los adornos que los representan ; existen relaciones muy estrechas y continúas entre la comunidad de los vivos y la de los muertos , que se manifiesta en la ayuda mutua , los muertos los proveen de alimentos , les enviaban la lluvia , velan por su bienestar y los estimulaban en la guerra , en cambio éstos , aparte de los ritos , ofrendas y vengar a los muertos en honor a ellos celebraban una gran fiesta anual. En  suma es el chamán un sacerdote dotado de poderes sobrenaturales , que tiene el poder de hacer llover ( pluviomago ) , adivino , profeta , hechicero , sabio , médico , jefe espiritual de la comunidad y director de danzas y ceremonias . El poder del chamán es muy grande, entra en comunicación con los espíritus buenos y malos y defiende a su comunidad contra aquellos que son malos.

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Guaycurúes


Los guaycurúes son una familia lingüística compuesta por seis etnias diferentes: los abipones, los mbayaes, los payaguás, los mocovíes, los tobas y los pilagáes. Habitaban las extensas áreas del chaco, especialmente en su parte oriental y meridional.
La organización de la social familia tenia base monógama, auque se permitía la poligamia a los caciques.
Los muertos eran enterrados con todos sus afectos personales. Sostenían que si no lo hicieran, el espíritu del muerto andaría después asustando porque le faltarían cosas necesarias. Junto a las pertenencias depositaban comida y bebida, y la choza del muerto se quemaba. Se dice que ponían el cuerpo en un cuero que luego ataban y enterraban; y que además tenían la costumbre de, que cuando el muerto moría lejos o en combate, esqueletizaban el cuerpo, limpiaban los huesos y luego lo enteraban.
La cultura espiritual esta dominada por las ideas del animismo y la magia. No obstante, junto a ellas es también evidente la existencia y persistencia de la antigua idea de un alto dios.
Nuestros guaycurúes vivían en chozas hechas con un armazón de ramas y una cubierta de paja. Tienen sección ovalada, una altura máxima de unos dos metros, y se reúnen en grupos formando aldeas. Fuera de estas chozas más o manos estables, se usa todavía, especialmente en las marchas, el antiguo paravientos o toldito de esteras al que se refieren las fuentes antiguas.
Su vestimenta estaba constituida por el manto de pieles de los patagónicos. Se fabricaba con pieles de nutrias cosidas entre sí y que se pintaba con líneas rojas por fuera. Otras prendas eran las binchas para la cabeza y mocasines para los pies.
Su alimentación se basa en la caza de diversos tipos de animales (avestruz, tapir, venados y pecaríes) y recolección de alimentos (frutos de algarrobo, chañar, tusca, molle y también varios tipos de raíces).
Actualmente se conoce y practica el arte del alfarero. Más, solo se practica con fines utilitarios. Una de las formas de vaso más características es una especie de botijo de cuerpo amplio, cuello angosto, base puntiaguda, con dos asas en el ecuador; que sirven para el trasporte y almacenamiento del agua.
Se practica el hilado y tejido. Como materias primas se utilizan la lana de oveja y las fibras de caraguatá. El telar es extraordinariamente sencillo y de tipo vertical.
Como buenos patagónicos, los guaycurúes son de alta estatura, fuerte complexión, y constituyen en general un bello tipo de hombre. La altura media de los hombres es de 1,70 y la media de las mujeres en de 1,60. en ambos sexos la cabeza es grande, su rostro ancho sin ser lleno, su frente saliente, su nariz ancha, con las fosas abiertas; sus pómulos pronunciados en la edad adulta; la boca grande y los dientes magníficos; las orejas pequeñas y también ojos pequeños.
Las lenguas pertenecientes a la familia guaycurú nos son bien conocidas. Las distintas lenguas guaycurúes habladas en territorio argentino son afines entre sí, que constituyen la rama austral de la familia. Se trata de lenguas difíciles y de fonetismo y léxico un tanto inseguros y cambiantes.


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Matacos


 
Se distribuyeron en gran parte del Chaco central y occidental (actual Formosa), en el este de Salta y noreste del Chaco, las fronteras se amplían hacia parte de Bolivia y de Paraguay.
Allá por el siglo XVI, esta región pertenecía al pueblo de los Lules, pero en el siglo XVII, tomaron posesión los matacos.
Los Matacos-Mataguayos eran bajos, robustos y musculosos.
Se adornaban con tatuajes en la cara, plumas en la cabeza y tobillos, binchas y collares.
Con la piel de los zorros, venados y nutrias confeccionaban un manto, con el pelaje hacia adentro, en tanto que la parte externa era pintada en rojo y negro con motivos geométricos. Posteriormente aprendieron a tejer la lana, con la que hacían un manto para cubrir el cuerpo de los hombres; las mujeres se vestían con una especie de pollera, que usaban con un cinturón de piel.
Se agrupaban desordenadamente estableciendo pequeñas aldeas.
Las viviendas tenían forma circular semiesférica, hechas con ramas y pajas. El interior no era muy amplio –3m de diámetro por 2m de alto-; podían hallarse desde pieles para acostarse, hasta bolsas y redes de fibra de caraguatá, platos de madera, cucharas de conchas y ollas de barro cocido.
A un costado de la choza, construían pequeños graneros, donde guardaban la algarroba.
El centro de su vida económica fue la recolección. La realizaban alrededor de la toldería, previa demarcación de zonas. Utilizaban al máximo lo que les proporcionaba el medio y la vegetación.También cazaban  y pescaban.
Conocían muy bien qué frutos recoger durante las distintas estaciones del año y desarrollaron una incipiente agricultura: desmalezaban el terreno, perfectamente rodeado de árboles y lo protegían con un cerco de ramas. La tarea de sembrar estaba a cargo de los varones y la de la cosecha la llevaban a cabo las mujeres. Calabazas, sandías, porotos, maíz y tabaco eran la base de su dieta. Un manjar muy apreciado fue la miel, de la que conocían dieciséis variedades.
El levantamiento de la cosecha y la recolección de la algarroba era época de fiestas, distribuyendo entre bailes y cantos una bebida espirituosa de importante graduación alcohólica.
En su gran mayoría las familias se distribuían monogámicamente.Y  le rendían culto a los espíritus llamados \" Wilan\", quienes les transmitían poderes al shamán (sacerdote-hechicero) de la tribu. Reconocían la existencia de un ser supremo y dioses que representaban el bien y el mal.
No fueron pueblos belicosos quizás porque no adoptaron el caballo y tuvieron una buena convivencia con el blanco europeo y muchos Matacos fueron evangelizados en la fe cristiana, por los padres misioneros. En el siglo XVIII se fundó la misión de Nuestra Señora de las Angustias, cerca de la ciudad de Orán.





Chiriguanos


Los Chiriguanos entraron al Chaco Salteño a mediados de 1500, superponiéndose a los pueblos de origen andino que ocupaban el territorio. Llegaron a la zona con el conquistador portugués Alejo García. Los Chiriguanos, de origen brasílero, adoptaron las culturas andinas, más fuertes y sofisticadas.
Se basaron principalmente en la agricultura, y cultivaron el maíz, porotos, calabazas, mandioca dulce, sorgo, melones y algunas frutas. Para ahuyentar los loros de las sementeras ponían sobre estacas las máscaras de carnaval que desechaban después de las fiestas. Para almacenar las cosechas, construían graneros sobre pilotes.
 Las primeras viviendas chiriguanas fueron de planta circular con techos cónicos; dentro de la choza entraban hasta un centenar de individuos, a fines del siglo XVIII, se observa un cambio en las viviendas adoptando otras más pequeñas de planta rectangular con techo a dos aguas; las paredes eran de palo a pique y barro mezclado con paja, mientras que la techumbre era sólo de paja.
Estas chozas rodeaban una plaza formando la aldea.
 Tenían jefes poderosos con poder casi absoluto y se diferenciaban los que gobernaban una aldea de los que lo hacían con un grupo de aldeas; la jefatura era hereditaria y la genealogía de los caciques se recordaba hasta la 3ao 4a generación. Además de gobernantes, los caciques eran jueces, jefes de guerra y únicos poseedores de la tierra.
Su religión  estuvo muy ligada con la de los Tupí-Guaraní. El personaje más importante era el payé o médico, la enfermedad se consideraba causada por envenenamiento y para curarla, el payé entraba en trance para que su espíritu desencarnado destruyera el alma del individuo mal intencionado que atacaba a su paciente. Los cadáveres se enterraban dentro de grandes urnas.




Indios Chiriguanos



Artesanías

Los Lules- Vilelas



Antes de la llegada de los españoles, grupos de pueblos huárpidos chaqueños comenzaron a desplazarse hacia el oeste y hacia el sur, empujando y sometiendo a las tribus allí asentadas. Los españoles encontraron a la comunidad denominada Lule, al sur de Salta, norte de Tucumán y noroeste de Santiago del Estero. Los Vilelas aparecieron recién en las crónicas españolas luego de la expedición al Chaco del gobernador Ángel de Peredo, a mediados del siglo XVII. Probablemente fueron de la misma familia de los Lules, que no emigraron hacia el sudoeste.Los Lules - Vilelas eran altos y delgados. Los hombres andaban desnudos o usaban una especie de pollerita de plumas de avestruz y las mujeres se cubrían con una especie de delantal tejido con fibra gruesa de chaguar.Usaban el pelo largo y solo se lo cortaban en caso de luto o de enfermedad. Se perforaban las orejas para colgarse de ellas hilos de diversos colores. En las celebraciones, los hombres se pintaban el cuerpo con manchas como el tigre y las mujeres se coloreaban la cara de rojo y negro.
Eran nómadas y vivían de la caza, de la pesca y de la recolección de frutos y raíces silvestres. Cazaban principalmente el pecarí o chancho del monte, del que utilizaban la carne y el cuero y recolectaban en especial la algarroba que les servía de alimento y con la que fabricaban una bebida fermentada llamada chicha. También recogían de los árboles la miel silvestre o "miel de palo" que les era útil no solo como alimento, sino para elaborar el guarapo, bebida embriagadora.
Sus armas eran el arco, la flecha, la lanza y la macana (especie de machete de madera afilada). Los Lules - Vilelas eran de carácter alegre, cantaban y bailaban con frecuencia. Realizaban fiestas y ceremonias en las que bebían copiosamente hasta emborracharse.

La lengua de los Lules - Vilelas (estudiada por el padre Antonio Machoni) son similares, de fonética sencilla y con acentuación por lo general aguda. En la mayoría de los casos el adjetivo se posponía al sustantivo y no tenía número gramatical, aunque el sufijo "il" solía usarse como plural. El sistema de numeración era de raíz doble. Por un lado cuaternario, es decir solo cuatro numerales independientes; el cinco se expresaba con los dedos de la mano, el diez con los dedos de ambas manos y el veinte con los dedos de manos y pies. A partir de allí el sistema era vigesimal.

Ruinas de los Lules



Algunas artesanías de los Vilelas





Huarpes

Habitaban entre el Río Jáchal al sur del Río Diamante, y entre la Cordillera de los Andes y el Valle de Concarán -San Luis-.
Lo integraban 3 grupos que se diferenciaban por su lengua: en San Juan, los Huarpe allentiac; en Mendoza, los Huarpe Millcayac y en San Luis los Huarpe Puntanos.-  
Altos, delgados, de piel oscura y complexión fuerte.  
Clásica camiseta andina, sin mangas y larga hasta las rodillas para el invierno, y taparrabos para el verano; calzaban ojotas.-  
Construían chozas de piedra y paja en las montañas y en la llanura las hacían de quincho (vivienda de rama y barro), y estero (tejido de junco) si es que habitaban cerca de las lagunas.-  
Era un pueblo recolector de frutas, raíces y plantas. Con la algarroba preparaban el patay y chicha o aloja con la que se alcoholizaban sólo los hombres, en festines y velatorios.
De la totora comían la raíz y realizaban sus embarcaciones.
También fueron pescadores y cazadores de aves, con cuyas plumas se hacían vestidos y adornos. Venados, guanacos y tatúes eran el objetivo de sus cacerías.
Fueron excelentes cesteros y alfareros. Las tramas de las canastas y cestas de paja eran tan fuertes y apretadas que el agua no se derramaba. Vasos y tazas estaban hechos de este material. Utilizaron el mortero horadado sobre el suelo rocoso, donde molían el maíz y a la vez servían de contenedores de líquido.  
Eran polígamos, costumbre sostenida por los caciques o personajes pudientes de las tribus. Practicaban \"levirato\", costumbre ancestral por la que al fallecer el esposo, la viuda y los hijos pasaban a depender del hermano menor del muerto; también el \"sororato\", mediante el cual el varón al casarse, adquiría el derecho de hacerlo con las hermanas menores de la esposa.  
Adoraban al sol, a la luna, al lucero del alba, a los cerros y a un demonio denominado Huana o Hane.
Creían en una divinidad principal llamada Hunuc - Huar, cuya morada celestial estaba en la cordillera de los Andes.





Comechingones


Los Comechingones vivían en las sierras de Córdoba, en la región central de la Argentina; ocupando lo que hoy es la zona de Calamuchita, San Javier y Los Molinos.
El término Comechingón procede de \"comi\" serranía o sierra, \"chin\" pueblo y el sufijo \"gon\" plural de la palabra pueblo, \"pueblos de las serranías\".
Con la fundación de Córdoba en 1573, comenzó el lento pero inexorable proceso de extinción ya fuere por encomienda, mestización, enfermedades traídas por los blancos- europeos, combates contra los españoles, todo lo cual fue menguando su número e influencia en la región.  
Las viviendas de piedra eran más bien bajas, porque la mitad estaba por debajo del nivel del terreno. Por su forma, estas casas-pozo mantenían el calor durante el invierno y eran frescas en verano. Para entrar, había que bajar por una rampa.
En el centro de la habitación reinaba el fogón para cocinar y calefaccionar.
También se establecieron en las concavidades montañosas como refugio natural.  
Los hombres eran morenos, altos, se dejaban crecer la barba y como las mujeres, usaban flequillos. Se trenzaban el pelo y lo adornaban con vinchas o cubre nuca de lana que caía hasta los hombros.
Vestían ropa de lana, sus prendas más comunes, el delantal atado a la cintura con una faja y una túnica (como un poncho con los lados cocidos).
Esta ropa solía estar adornada con chaquiras (disquitos de conchilla) y tientos (tiritas de cuero). Además algunos usaban mantos sujetos con prendedores de cobre y otros materiales. En los pies llevaban ojotas de fibra vegetal trenzada. Los caciques, guerreros y curanderos lucían trajes de cuero, muy elaborados y recubiertos con vistosas plumas.
En ocasiones especiales llevaban en la cabeza mandíbulas de animales salvajes.  
Cada pueblo tenía sus propias tierras de cultivo, caza y pesca, que estaban divididas por una pared bajita hecha de piedra, llamada \"pirca\" o por cercos de espinillos.
Los Comechingones tenían prolijos maizales y huertas, donde cultivaban porotos, zapallos, papas y quínoa y maní. Como la tierra era seca, y la lluvia escasa, para que los cultivos crecieran y dieran buenos frutos, construyeron represas y canales de riesgo que llevaban el agua hasta los sembrados.
Además, criaban aves, y en sus corrales se juntaban majadas de llamas y alpacas (unos animales parecidos a las llamas), que eran su principal riqueza, ya que con su lana hacían tejidos.
Pero no sólo se ocupaban de los cultivos y el ganado, también salían a cazar. En tiempo de crecientes del río, construían un pescadero donde juntaban los peces.  
No demostraron gran desarrollo. Con piedras fabricaban puntas de flechas, hachas, conanas y morteros para moler maíz. Con hueso, realizaban cuentas para collares o adornos para su vestimenta.
Su cerámica, fue pobre. La decoración se restringió a guardas geométricas.
El medio natural les proporcionó su mejor expresión artística a través de pinturas rupestres que pueden verse con profusión a lo largo de las sierras centrales, en El Cerro Colorado y en el Inti Huasi.  
Eran creyentes del Sol y la Luna. Practicaban la magia y realizaban danzas para el conjuro de males diversos. En los ritos usaban alucinógenos como el \"cebil\", que aspiraban.  
En cada casa vivían cuatro o cinco matrimonios de la misma familia. Además de las casas, había unas pequeñas construcciones semienterradas donde tomaban baños de vapor.
Lindando con el poblado, poseían tierras que trabajaban en forma comunitaria, realizando cultivos, pastoreo y allí construyeron el jagüey (especie de pozo o zanja donde se juntaba el agua para beber y regar).  
A pesar de las pircas y los cercos, gente de las aldeas vecinas solían cruzar las fronteras sin permiso, para cazar y quizás invadir las tierras de cultivo. Así empezaban las guerras.
Acostumbraban ir al combate con el rostro pintado, mitad negro y mitad rojo.
Las armas eran de piedra. Con ellas hacían bolas de boleadoras, cuchillos, cabezas de mazas, puntas de lanzas y de flecha y proyectiles para honda.




Sanavirones


Ocupaban una vasta región que iba desde el Río Salado, al norte lindando con los Tonocotés hasta el Río Tercero, al este, la tierra de los Comechingones, quedando en medio, la Laguna de Mar Chiquita.
Prefirieron las regiones de clima cálido y de algarrobales, por este motivo habitaron los departamentos Río Primero, Sobremonte, Río Seco, entre otros.  
Construyeron ranchos o chozas apuntaladas por cuatro horcones clavados en tierra. El techo, fabricado con palos, ramas y pajas, estaba sostenido sobre estos horcones. Para levantar las paredes usaban adobe crudo o tierra apisonada. Cubrían las aberturas con puertas de caña o cueros. Eran viviendas grandes agrupadas en pequeños poblados, protegidos o rodeados por cardones o arbustos espinosos.  
Se organizaron de la misma manera que los Comechingones. Las provincias sanavironas estaban formadas por un conjunto de ‘’ayllus\" o tribus del mismo origen.
Su lengua era una de las más habladas y según algunos investigadores tienen un tronco lingüístico con los Comechingones (vocablo de lengua sanavirona).  
Eran agricultores sedentarios, cuyos cultivos principales fueron el maíz y los porotos. Su dieta se complementaba con la recolección de la algarroba y el chañar, la pesca, la cría de llamas y la caza del avestruz.
Su cerámica era de color negro grisácea, con motivos geométricos e impresiones de telas y cestería. Este último dato implicaría que los sanavirones conocían el hilado y el tejido, además de haberse encontrado varias piezas de rueca, propias de un telar rudimentario. Tanto para la caza como para la guerra, sus armas fueron el arco y la flecha en hueso y piedra, también, la macana, la maza y la boleadora.



Tonocotés


 Este pueblo es una rama de la familia ARAWAK. Son sedentarios y habitan la región comprendida por los llanos cercanos a la ciudad de Santiago del Estero, entre los paralelos 26 y 29 de latitud sur. Son de origen brasilero, estatura mediana, cara ancha y nariz mediana.
 Procedencia brasilera y estatura mediana.  
Sedentarios, agricultores, hábiles pescadores y recolectores. Cultivaban el maíz, zapallo y frijoles o judías. Sembraron en terrenos cercanos a los ríos, para así utilizar el fértil limo que dejaban los desbordes de las aguas al retirarse los mismos tras su crecida anual. Esta actividad se conoce como agricultura de bañado.
Criaban y cazaban llamas y ñandúes.
Fueron muy hábiles en la pesca a mano, según nos cuenta el padre Lizarraga en su Descripción Colonial: "...ceñidos de su soga a la cintura; están gran rato debajo del agua y salen arriba con seis, ocho y más pescados colgados en la cintura". También pescaron con flechas.
Al igual que otros pueblos del noroeste del norte argentino, la recolección de la algarroba les permitió realizar el patay y bebidas alcohólicas.
Su defensa la ejercían a través del arco de gran tamaño y flechas con puntas envenenadas; también usaron la macana (arma contundente semejante al machete).  
Los Tonocotés produjeron excelentes facturas en el arte alfarero, como urnas funerarias y vajillas de la vida diaria. Pintadas de varios colores, de formas sencillas y decorados con figuras geométricas y otras con imágenes de serpientes y aves.  
Eran circulares, construidas con material perecedero y las ubicaban perfectamente en túmulos o mounds, pequeñas lomadas del terreno construidas artificialmente.  
Se agrupaban en pueblos, construyendo empalizados alrededor con el objeto de defenderse de posibles ataques.  
Los hombres vestían delantales cortos de plumas de avestruz. Las mujeres cubrían su cuerpo con telas hechas con fibras de caraguaté. También utilizaban prendas de cuero y lanas.  
Adoraban a Cacán chic, que tenían características buenas y malas a la vez. Se lo invocaba como protector de las siembras o para realizar buenos negocios.


 

Distribucion de los aborigenes en Argentina




Los primeros pobladores de la actual Argentina fueron aborígenes que subsistían por medio de la caza y la recolección de plantas silvestres.
 
Hace entre 12.000 y 10.000 años, llegaron del norte los primeros hombres y mujeres al Noroeste argentino y a la Patagonia. Como en ese entonces no conocían la agricultura, comían carne de animales salvajes, y frutos y semillas silvestres. Había un clima frío - era el fin de una glaciación - y además de guanacos y ciervos cazaban herbívoros que luego se extinguieron: pequeños caballos americanos, gliptodondes (parecidos a armadillos gigantes) milodones (enormes parientes del perezoso), etc.
En el siglo XVI, había agricultores en ciertas zonas, pero en otras vivían tribus de cazadores.
Al sur de Tierra del Fuego, en el canal de Beagle y las islas cercanas, vivía un pueblo de pescadores y cazadores de animales marinos. Estos aborígenes navegaban en canoas hechas de cortezas de árboles, buscando lobos marinos, pingüinos y peces que los hombres atrapaban con arpones de punta de hueso o ballena. Además, con hondas cazaban gaviotas y otras aves. El trabajo de las mujeres era remar y juntar mariscos - mejillones, erizos de mar, centollas y caracoles - con ayuda de unos palos o zambulléndose en el mar para sacarlos a mano. 

Yamanas


En el extremo sur del país, en las frías costas patagónicas y entre las bravas corrientes del mar que rodea la Tierra del Fuego, vivían los Yámanas o Yahganes, un pueblo de canoeros. Pasaban la mayor parte de su tiempo en las canoas que construían con cortezas de árboles.
Compartieron su hábitat con los Alacalufes, los Chonos y los Changos, pueblos que desarrollaron su vida en lo que hoy es la República de Chile.
A veces estaba construida por una choza en forma de cúpula, en otras ocasiones, la hacían en forma de cono. Durante el verano las chozas estaban cubiertas de hojas y ramas, y durante el invierno de pieles. Solían socavar el suelo de la misma, para conservar el calor. Estas viviendas albergaban a varias familias.
A pesar del intenso frío, iban desnudos o usaban un manto de piel, de foca o nutria, que les llegaba hasta la cintura. Las mujeres también tenían un pequeño delantal de cuero. En las manos, guantes sin dedos y en los pies, polainas.
Llevaban el pelo suelto, se depilaban el cuerpo y se pintaban con distintos colores. Por ejemplo: cuando estaban de luto llevaban en la cara unas líneas negras con puntitos rojos.
Su dieta primordial la obtenían, del mar. Los hombres pescaban distintos peces y cazaban lobos, nutrias y aves silvestres, las mujeres recogían mejillones, almejas, cangrejos y erizos de mar, para realizar esta tarea, a menudo debían entrar en agua helada.
Otros alimentos los constituían a unas clases de raíces y hongos.
Eran excelentes cazadores de grandes mamíferos marinos. Cuando aparecía alguna ballena desorientada y cansada, varias canoas rodeaban al animal y con arpones lo atacaban. Esto implicaba comida segura para varios días y representaba una algarabía general.
Eran requeridos para obtener los alimentos y muy variados: arcos, flechas, lanzas, arpones y hondas, las puntas de la lanza y arpones fueron hechos de huesos y perfeccionados para la caza marítima. Llevaban en gran cantidad de esta artillería en una bolsa de piel.
Practicaban la monogamia, aunque toleraban que un hombre, conviviera con varias mujeres.
El rol desempeñado por el hombre en el núcleo familiar era muy importante, sin llegar a constituir un patriarcado.
La familia completa se adentraba en las heladas aguas de los Canales Fueguinos para iniciar una jornada de caza y pesca.
Mientras la mujer, sentada en la popa de la canoa, remaba, dirigía y recolectaba moluscos, el hombre permanecía atento a la aparición de los preciados tesoros alimenticios, que atrapaban con redes o arpones.
En el centro de la canoa chisporroteaba el fuego que cuidaban los niños para calentarse y cocinar los alimentos.
La embarcación era el transporte vital, estaba construido con cortezas de hayas, de tronco liso y muy abundante en la zona, cocidas entre sí con tiras de barbas de ballena y fibras vegetales, tenían de largo 3 a 4 metros de largo. Además utilizaron velas de pieles unidas con tientos y el remo.

Atacamas

Atacamas
 

Habitaron desde el noroeste de la provincia de Jujuy hasta el noroeste de la provincia de Catamarca, pasando por Salta. Estuvieron ligados a los Atacamas de Chile. Hablaban la misma lengua: CUNZA.
Recibieron la influencia de los Diaguitas-Calchaquíes, Omaguacas e Incas.
Sus casas eran de pircas y con forma rectangular. No tenían aberturas, por lo que se supone que entraban por el techo usando escaleras de madera.
Vestían camiseta rojo-castaña, faja a la cintura, hojotas. Colores fuertes y dibujos decorativos en los ponchos de lana. Usaban gorro con ojeras.
Adornaban sus cuerpos y ropas con collares, alfileres, binchas, brazaletes y pectorales, en materiales como la turquesa, sodalita, hueso, pluma, madera y metal.
Fueron agricultores. Sembraban maíz, papa y quínoa, guardando lo producido en huecos horadados en la ladera de los cerros. Preparaban la tierra para el cultivo con palas, azadas y cuchillos de considerables dimensiones, confeccionados en madera y que los arqueólogos han hallado con profusión en toda la Puna.
Criaban la llama, para alimento, transporte y abrigo.
Debido al hábitat en el que desenvolvían su vida cotidiana, los Atacamas aprovecharon lo que el suelo les ofrecía: extraían de los inmensos salares, con mazas de piedra, grandes terrones de sal y los transportaban en sus llamas a centros de intercambio de mercadería.
Específicamente practicaban el trueque. Cambiaban sal por maíz. No fueron grandes ceramistas pero realizaron excelentes trabajos en madera.
Se han encontrado \"tablillas de ofrendas" que eran utilizadas para tomar \"rapé" (tabaco en polvo que se aspira por la nariz).




Diaguitas


Diaguitas


La paz de los Diaguitas terminó cuando comenzó la conquista. En 1561 formaron un gran ejército al mando de Juan Calchaquí -por él, los españoles los llamaron Calchaquíes- y lograron alejar a los invasores hasta Santiago del Estero. Pero en 1665 los conquistadores, que habían fundado varias ciudades y se habían fortalecido, lograron vencerlos. Para evitar una nueva rebelión, los separaron y distribuyeron en distintas zonas del país.
Es así como a comienzos del siglo XVII, 11.000 aborígenes fueron sacados de su territorio natural - Los Quilmes en Tucumán- y trasladados a pie hasta la provincia de Buenos Aires. Éste es el origen de la actual ciudad bonaerense de Quilmes.
Eran altos, fornidos, de facciones agradables y tez clara. Vestían largas camisetas de lana tejida con adornos geométricos y ponchos. Calzaban hojotas de cuero, algunos se cubrían la cabeza con un gorro con orejeras, de colores muy vivaces. Otros usaban binchas, prendedores, aros y coloridas pecheras, de plumas, huesos, piedras y metales.
Fueron excelentes metalúrgicos. Trabajaban el cobre, el oro y la plata. Realizaban magníficos tejidos y piezas de alfarería, que cumplían las funciones de urnas funerarias y vajillas diarias
En el momento de la conquista española se encontraban dominados o influenciados por los Incas, lo que modificó sus pautas culturales.
Como armas usaron arco, flechas, hondas y hachas, con las que ofrecieron tenaz resistencia a los colonizadores españoles.
Practicaban la pintura, las danzas y la música. Sus instrumentos más conocidos fueron la corneta, el tambor y la flauta.
Eran excelentes agricultores, sembraban con un palo de regular grosor que utilizaban para preparar la tierra donde depositaban las semillas. Cultivaban el maíz, la quinoa, la papa, el zapallo y los porotos. Además recolectaban frutos silvestres como algarroba, que almacenaban en contenedores construidos debajo de la tierra, y con la que elaboraban bebidas alcohólicas: aloja y chica, y una pasta seca o pan llamado: patay.
Practicaban la caza y criaban llamas, de las cuales aprovechaban su lana, carne, cuero, leche; también les servían de transporte.
Las formas de las viviendas iban de lo rectangular a lo cuadrangular. Se componían de varias habitaciones comunicadas entre sí, con angostas puertas para su salida al exterior. Utilizaron, en su construcción, el método pirca (superposición de piedras) el techo, a dos aguas, era de paja o torta (mezcla de paja, ramas y barro).
Desarrollaban sus actividades en poblados como Quilmes, La Paya, Tolombón, los que tenían un espacio fortificado pucará para defenderse de los ataques.
Un pueblo sedentario, organizado en Tribus o clanes ayllu construidos por varias familias regidos por un jefe curaca, que podía tener más de una esposa según se condición económica. El cacique más destacado fue Juan Calchaquí, quien tuvo un importante desempeño frente a los españoles, como ya lo hemos hecho constar.
Adoraban al sol y a los fenómenos de la naturaleza. Creían en el rayo y en el trueno, considerados dioses de los Andes, conectados con la Madre Tierra. Sus hechiceros, además de dirigir las ceremonias, curaban las enfermedades.







Algunas artesanías

Omaguacas



Omaguacas

 

La provincia de Jujuy, en lo que hoy conocemos por Quebrada de Humahuaca, fue el territorio de los Indios Omaguacas, el que se constituyó en el antiguo paso entre las mesetas alto peruanas y los valles del sur.
La región está atravesada por el Río Grande, que da fecundidad al terreno. Las características geográficas difieren de sur a norte; el sur tiene un clima subtropical con buen régimen de lluvias y vegetación, en tanto que el norte es de gran sequedad y con características similares a la Puna.
Los Omaguacas, que significa \"cabeza de toro", componían un conjunto de parcialidades entre los que se contaban los Punamarcas, Tilcara, Tumbaya, Maimará, Jujuy, Puquilé, Ocloya, y otros.
La estatura promedio de estos hombres: 1,58. Vestían manta y camiseta, llamada \"uncu", la cual sobrepasaba las rodillas en los hombres y llegaba al tobillo en las mujeres. Ponchos, mantas y cinturones también eran comunes, confeccionadas en lana de vicuña o llama, teñidos con vivos colores y decorados con dibujos geométricos.
Calzaban hojotas, hechas con cuero crudo de llama, la que ataban al pie con tientos del mismo material.
Brazaletes, anillos, pectorales, pendientes, collares y discos hechos en metal o en malaquita y lapislázuli fueron sus adornos.
Sus casas eran de piedra, con techos de barro y paja a una sola agua. No poseían ventanas y tenían una sola entrada estrecha.
Se han encontrado casas aisladas cercanas a los cultivos, pero lo común eran los poblados compuestos por cientos de casas rectangulares.
Los omaguacas se han destacado por sus construcciones de tipo militar, con recintos fortificados llamados \"pucará", tras sus muros de pirca defendieron su terruño de los españoles.
Tenían gran afinidad con los Draguito-Calchaquíes y los Capayanes, pero no compartían su lengua.
La cerámica negro-gris, los enterramientos de niños en urnas y la alfarería con gran influencia incaica es la nota distintiva de las culturas del noroeste argentino.
Si bien no fueron grandes ceramistas, fabricaban vasijas y cántaros de forma globular, vasos timbales, con reminiscencias de la cultura de Tihuanaco, con profusa decoración geométrica.
Hábiles metalúrgicos, trabajaron el cobre, el estaño, la plata y el oro. Armas, instrumentos para la vida cotidiana y adornos, fueron encontrados en el pucará de Volcán, Ciénaga Grande, Tilcara, Humahuaca, etc.
Fueron un pueblo esencialmente agricultor, cultivaban una gran variedad de vegetales en la Quebrada, entre las que se cuentan el maíz, la papa, la quinoa, y recolectaban la algarroba.
Guardaban la cosecha en \"silos de piedra", molían los granos en morteros y trabajaban la tierra con palas de madera, lo que demuestra la importancia de la economía agrícola, la que se desarrollaban en andenes unificados por riego artificial, recostado en las laderas de las coloridas montañas y cerros humahuaqueños.
El lugar más conocido son las terrazas y canales de \" El Alfarcito\".
Cazaban el guanaco, el avestruz y la llama, de los que se obtenía carne, leche, lana, hueso y cuero, animal que además servía para la carga.
El cacique además de ser el jefe político - militar, también tenía carácter religioso. Se lo llamaba \"guaca\", con residencia en Humahuaca. Entre los caciques se destacó \"Viltipoco\", que guió la lucha de sus connaturales para impedir la fundación española en la región.
Su estratégica ubicación produjo un notable intercambio y comunicación entre el imperio Inca y las parcialidades indígenas de la Puna.




miércoles, 10 de noviembre de 2010

Conociendo la Argentina

El nombre Argentina, procede del latín "argentum", que significa plata. El origen de esta denominación se remonta a los viajes de los primeros conquistadores españoles al Río de la Plata.
Argentina es un país ubicado al sur del continente americano, limita  al Norte, Bolivia y Paraguay; al Sur, el océano Atlántico y Chile; al Este, Brasil, Uruguay, el Río de la Plata y el Atlántico, y al el Oeste, Chile. 
Los primeros pobladores del actual territorio argentino se remontan a 11.000 años a.C. (hallazgos en Piedra Museo, provincia de Santa Cruz). Entre los pueblos indígenas, los cazadores y recolectores habitaban la Patagonia, la Pampa y el Chaco; y los agricultores estaban instalados en el noroeste, Cuyo, las Sierras de Córdoba y más tardíamente, en la Mesopotamia. Tastil, en el norte, fue la ciudad precolombina más grande ubicada en el actual territorio argentino, con una población de 3.000 habitantes.