miércoles, 17 de noviembre de 2010
Sanavirones
Ocupaban una vasta región que iba desde el Río Salado, al norte lindando con los Tonocotés hasta el Río Tercero, al este, la tierra de los Comechingones, quedando en medio, la Laguna de Mar Chiquita.
Prefirieron las regiones de clima cálido y de algarrobales, por este motivo habitaron los departamentos Río Primero, Sobremonte, Río Seco, entre otros.
Construyeron ranchos o chozas apuntaladas por cuatro horcones clavados en tierra. El techo, fabricado con palos, ramas y pajas, estaba sostenido sobre estos horcones. Para levantar las paredes usaban adobe crudo o tierra apisonada. Cubrían las aberturas con puertas de caña o cueros. Eran viviendas grandes agrupadas en pequeños poblados, protegidos o rodeados por cardones o arbustos espinosos.
Se organizaron de la misma manera que los Comechingones. Las provincias sanavironas estaban formadas por un conjunto de ‘’ayllus\" o tribus del mismo origen.
Su lengua era una de las más habladas y según algunos investigadores tienen un tronco lingüístico con los Comechingones (vocablo de lengua sanavirona).
Eran agricultores sedentarios, cuyos cultivos principales fueron el maíz y los porotos. Su dieta se complementaba con la recolección de la algarroba y el chañar, la pesca, la cría de llamas y la caza del avestruz.
Su cerámica era de color negro grisácea, con motivos geométricos e impresiones de telas y cestería. Este último dato implicaría que los sanavirones conocían el hilado y el tejido, además de haberse encontrado varias piezas de rueca, propias de un telar rudimentario. Tanto para la caza como para la guerra, sus armas fueron el arco y la flecha en hueso y piedra, también, la macana, la maza y la boleadora.
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