Los aonikenk (tehuelches meridionales), se encontraban en Santa Cruz y principalmente en las costas; los günün a küna se extendieron desde el centro de Chubut hasta Tandil, y los chehuache kenk habitaron cerca de la cordillera.
Los tehuelches fueron originariamente cazadores, añadiendo la pesca y la recolección de raíces, semillas-con las que hacían harinas- y mariscos. Básicamente fueron cazadores seminómadas, especializados en la caza del guanaco y del avestruz. Tras la araucanización (Proceso de influencia araucana en la patagonia), se intensificó el uso de la baleadora, que con el caballo resultó más efectiva para la caza.
Preparaban bebidas con jugos de plantas no fermentados.
Su vestimenta fue básicamente de piel, y utilizaban adornos, pinturas y plumas.
La vestimenta era el manto de pieles pintado usado con el pelo hacia el interior. Utilizaban unas binchas en la cabeza, llamadas \"cochel\" de lana o algodón; diademas de plumas; y pintura blanca en el pelo largo, dispuesto a llevar con él las flechas.
La vivienda Tehuelche, estaba constituida por el paravientos de cuero y el toldo, que tenían una división entre áreas de mujeres y de varones. El toldo es una adopción posterior de los pueblos pampeanos, pueblos más antiguos patagones utilizaban sólo paravientos.
La influencia araucana modificó al toldo en cuanto al tamaño, ampliándolo. Se sostenía con palos decrecientes hacia atrás y se cerraba con una cortina de cuero por delante.
La sociedad tehuelche estaba organizada por clanes y familias, polígamas en la medida de las posibilidades económicas, pues el matrimonio se efectuaba por compra. Se formaron cacicatos con territorios delimitados. Los jóvenes, alrededor de los veinte años se incorporaban a los guerreros.
Los viejos, hombres y mujeres, se dedicaban a la medicina y hechicería, curando a los enfermos con procedimientos de magia.
Los muertos eran enterrados en posición extendida en la cima de las colinas, cubriéndolos con piedras; estas tumbas se llamaban \"chenques\". Una vez muerta una persona, se prohibía pronunciar el nombre del muerto.
En su religión, aparece un ser supremo y un ser maligno (Setebos ó Kóoch y Elel ó El lal), junto con una multitud de dioses, comprendiendo el Sol, la Luna, Las Nubes, etc.; en torno a los cuales había una rica mitología. Se celebraba con fiestas la pubertad de las muchachas, y los patagones del sur tenían sociedades secretas. Existieron los hechiceros como intermediarios divinos y como curanderos.
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